El nombre de la trochita nace de la distancia entre los rieles sobre los que corre el Viejo Expreso Patagónico. A principios del siglo XX, los trenes de trocha angosta tipo Decauville corrían sobre rieles separados por 60 centímetros, en gran parte para ahorrar costos en los trabajos de ingeniería y también en el mantenimiento de los propios trenes.
Cuando se proyectó el ferrocarril patagónico, que nunca se terminó de concretar en su totalidad, se tomó la decisión de utilizar una trocha angosta, en este caso de 75 cm de ancho, que se aplicó en la zona de Trelew y en el ramal Ingeniero Jacobacci Esquel.
Para correr por estas vías de 75 cm. se compraron locomotoras a vapor de dos marcas y orígenes diferentes: las Baldwin, hechas en Filadelfia, Estados Unidos; y las Henschel, fabricadas en Cassel, Alemania.
Hoy, buscando acercar al tren a los estándares ambientales actuales, se da el caso de la máquina N° 114, la última restaurada en los Talleres de Esquel, que se adpató al uso con gas oil, lo que disminuye emisiones.
Por otra parte, los vagones eran de origen belga y también datan de 1922. Desde siempre, las pequeñas salamandras en el interior de los coches de pasajeros marcaron la identidad de La Trochita.
País: EE UU
Año: 1922
Potencia: 474 hp
Configuración: 2-8-2
Peso: 25 Tn
Metros: 8,22 metros
País: Alemania
Año: 1922
Potencia: 411 hp
Configuración: 2-8-2
Peso: 22,5 Tn
Metros: 8,22 metros